Ya está el texto del libro de "La Remontada", donde hay un capítulo dedicado a Myriam, en maquetación.
Ya tenemos el capítulo, estas son sus primeras líneas:
Yo, futbolista
Myriam tampoco recuerda cuándo comenzó a jugar al fútbol. «En el colegio, supongo». Ni recuerda cuál fue su primer balón. Encoge sus hombros y bate la cabeza de
un lado para otro. Sus padres tampoco recuerdan bien cuál fue. Debió de ser alguno de la tómbola, de esos pequeños de plástico, de los de toda la vida; uno que le había dado su abuelo. Lo que es
seguro es que Myriam no debía abultar mucho más que el balón cuando comenzó a darle patadas. Casi se le quedaba enganchado entre las piernas de lo chiquitita que era.
Su padre recuerda uno amarillo, que estaba roto, pero que era el que le gustaba. Myriam tenía otros balones, pero ella sólo quería jugar con el descosido. Así que su padre tuvo que desinflarlo y
remendarlo.
Luego vino el de la Liga, que pidió con esa insistencia de quien sabe que tarde o temprano conseguirá su objetivo. Al final, el balón de la Liga llegó a los pies de Myriam cuando fue sustituido en los escaparates por el de la nueva temporada. Hoy hay como diez en casa. Myriam ha querido jugar al fútbol desde siempre. No se acuerda pero así es. Desde siempre.
Cuando a los cinco años —verano de 2008— les dijo a sus padres que quería jugar al fútbol, fueron a apuntarla al Lagunak, el equipo de su barrio, Barañáin.
Las..........................
Son 8 folios de historia con Myriam de protagonista, pero también el fútbol femenino, su equipo, su entrenadora, Lydia Muruzabal y su familia.